lunes, 2 de marzo de 2015

Dos portadas muy distintas

JAIME.- Me parecen muy significativas las diferencias que se traslucen de estas dos portadas. ¿Qué opináis?



ELENA.- Mi apreciación es que ambas portadas ofrecen una visión muy diferente de lo que puede ser la novela. La primera podría aludir a algún tipo de recetario y la segunda a un libro con un alto contenido erótico.

MARINA.- La primera portada que nos encontramos nos puede recordar a los trabajos de Diego Rivera, este estilo artístico nos lleva a la época de la revolución Mexicana, que es el momento en el que este estilo se fragua.  Es interesante el uso de esta ilustración pues en la novela de Laura Esquivel, México se encuentra en ese momento revolucionario, la caída de la dictadura de Porfirio Diaz en 1910.

La figuras que vemos de una niña y una mujer joven trabajando en la cocina puede corresponder a la de Nacha y Tita o Tita y  Esperanza. Seguramente se juegue con este guiño generacional que tan presente está en la obra.

La segunda portada aunque me parece menos acertada que la anterior podemos remitirla a la escena en la que Tita decide usar los pétalos de rosas para un platillo, con increíbles consecuencias, como casi siempre sucede en su cocina. No por esto deja de parecerme la segunda imagen más comercial, típica portada que podríamos encontrar en cualquier libro de temática romántica.

CELIA.- La primera portada, nos puede dar una pista de donde va a comenzar el relato, es decir, mostrándonos los ingredientes de cada capítulo. Las mujeres que aparecen las relaciono con Nacha y Tita, incluso si no fuera a que aparecen dos mujeres, podríamos relacionar la imagen con una escena concreta del libro, cuando Tita se encuentra amasando de rodillas y se hace una descripción detallada de como recorren las gotas de sudor su cuerpo y de como se balancean sus pechos, cuando se encuentra con la mirada fija de Pedro.

La segunda portada,la he relacionado de inmediato con Gertrudis, la hermana de Tita, y con la escena que protagoniza, junto al comandante revolucionario Juan. Nos muestra una imagen mucho mas sensual, de la mujer, que no reprime el amor y la pasión que siente, por lo que aparece con los pétalos de rosa en las manos, esta flor representa muy bien dos pasiones o amores diferentes, el reprimido de Tita por Pedro y el amor desenfrenado que su hermana Gertrudis siente por el capitán de los rebeldes.


“Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos, necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.”